Twitter se sigue cerrando

El twit­ter de anta­ño era con­ver­sa­cio­nal. Ahí, la cama­ra­de­ría bro­ta­ba más por el medio que se com­par­tía que por los intere­ses en común. Los vier­nes (follow fri­day: #FF) cada quien publi­ca­ba enu­me­ra­ba cuá­les eran los tui­te­ros que valía la pena seguir. Otro día se abría una cer­ve­za al uní­sono. Recuer­do que se tui­tea­ba con par­ti­cu­lar entu­sias­mo antes de algu­na cena decem­bri­na o des­pués de ella.

Más ade­lan­te des­cu­bri­mos la uti­li­dad de twit­ter para trans­mi­tir noti­cias urgen­tes, defen­der­se de abu­sos poli­cía­cos y guber­na­men­ta­les, así como para aler­tar sobre ame­na­zas inminentes. …