No estoy de humor para tus pendejadas”

Foto: M. Martin Vicente
Foto: M. Mar­tin Vicente

Cuan­do voy en bici­cle­ta ocu­po el carril de la dere­cha. Lo ocu­po com­ple­to no sola­men­te por­que la ley lo per­mi­te sino por­que es mucho más segu­ro. Ir pega­do a los autos esta­cio­na­dos (carril-coche­ra en todas las via­li­da­des) es un peli­gro pro­ba­do: el gol­pe de una puer­ta de auto abrién­do­se des­preo­cu­pa­da­men­te te pue­de aven­tar al flu­jo de autos. Ha pasa­do mucho y recien­te­men­te. Otra razón para ocu­par carril com­ple­to es evi­tar que los autos te reba­sen cuan­do no hay espa­cio ade­cua­do. La expe­rien­cia inter­na­cio­nal reco­mien­da dejar 1.50 m. de dis­tan­cia al reba­sar a un ciclis­ta. Muchos auto­mo­vi­lis­tas des­co­no­cen dicha reco­men­da­ción y no repa­ran en las razo­nes para ella. Cuan­do un auto reba­sa con poco espa­cio a un ciclis­ta no sola­men­te con­lle­va el ries­go de gol­pear su manu­brio. La cer­ca­nía intem­pes­ti­va con un auto pue­de lle­var a un ciclis­ta a des­con­cen­trar­se y caer. Tam­bién al reba­sar sin abrir­se lo sufi­cien­te no se da el men­sa­je de la pre­sen­cia de una bici­cle­ta al auto que vie­ne detrás de quien está reba­san­do: se encon­tra­rá de sor­pre­sa con un ciclis­ta, sin espa­cio para maniobrar.

Que­ría expli­car­le todo eso a quien dijo que me sen­tía de chi­cle por ir en medio de la calle, y que no tenía nin­gu­na prio­ri­dad, que no tenía tiem­po de escu­char nada.

Lo vi en mi espe­jo retro­vi­sor, muy cer­ca de mi bici­cle­ta. Le hice señas pri­me­ro para que se ale­ja­ra y lue­go para que me reba­sa­ra. Lo hizo pero con poco espa­cio, echán­do lámi­na pues. Le hice la seña uni­ver­sal de ‘dame un momen­to’, que espe­ra­ra. Lo hizo parar el semá­fo­ro y me acer­qué a su auto. Salió de él como un resor­te, embra­ve­ci­do, gri­tan­do e insul­tan­do. Le dije cal­ma­da y reite­ra­da­men­te que me deja­ra expli­car. No me dejó. Esta­ba furio­so y ena­je­na­do. La diná­mi­ca se repi­tió varias veces. Al final no pue­do decir que se cal­mó, pero no siguió esca­lan­do su vio­len­cia, qui­zás por­que no le di más ele­men­tos, final­men­te sólo le que­ría expli­car. Arran­có y se fue con un colo­fón de insultos.

Más allá de la ena­je­na­ción y los moti­vos de este señor, me lla­mó pode­ro­sa­men­te la aten­ción la encar­na­ción de esos pre­jui­cios y luga­res comu­nes que cada vez se repi­ten más. Me impac­tó cómo la reite­ra­ción, el des­pre­cio pre­vio y gene­ra­li­za­do pue­den lle­var a la vio­len­cia. El pre­jui­cio y des­pre­cio a los demás pre­dis­po­ne y pue­de traer consecuencias.

7 comentarios en “<span class="dquo">“</span>No estoy de humor para tus pendejadas””

  1. gra­cias por com­par­tir tus expe­rien­cias en las que muhxs nos vemos refle­ja­dos, el auto his­te­ri­za, mien­tras la bici rela­ja es covi­vir en un mis­mo espa­cio con per­so­nas que están en una dina­mi­ca con­tra­ria, están sen­ta­dos sin acti­vi­dad físi­ca y con nece­si­dad de tener­la su ener­gía se vuel­ve furia, saludos

  2. Me leí en esta publi­ca­ción, yo siem­pre inten­to expli­car pero por algu­na razón, lo impor­tan­te es pelear y no escuchar.

    1. Es que nos pasa a todos los ciclis­tas. He teni­do bue­na suer­te con el diá­lo­go pero lamen­ta­ble­men­te no son pocos los cerra­dos psi­có­pa­tas. Gra­cias por leer y comentar.

  3. Muy intere­san­te refle­xión. Tra­to de tomar el carril com­ple­to al peda­lear, pero a veces me cues­ta hacer mía la calle y los carros me impo­nen (bueno, los carros y microbuses).
    Al menos pro­cu­ro dejar el metro y medio de dis­tan­cia de los carros estacionados.
    Saludos!

    1. Gra­cias, Clau­dia. Vaya que cues­ta tomar el carril com­ple­to, sobre todo cuan­do cono­cer el regla­men­to pare­ce ser opcio­nal para mane­jar un auto en esta ciu­dad. Y sí, la zona de puer­tas es una rule­ta, mejor de lejos. ¡Salu­dos!

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