#YoSoy132

#YoSoy132. Plancha del Zócalo. Marcha del silencio. 30 de junio

Habían empu­ña­do el silen­cio lue­go de mani­fes­tar­se fren­te a Tele­vi­sa. Mar­cha­mos silen­tes y emo­cio­na­dos por San Juan de Letrán (Ay San Juan de Letrán diría Rita Gue­rre­ro). Lue­go el con­tin­gen­te lle­gó al zóca­lo lleno de luces. Den­tro de algu­nas horas todos sal­dría­mos a votar. La úni­ca espe­ran­za que tenía­mos ‑esta­ba cla­ro- la ilu­mi­na­ba­mos nosotros.

El 30 de junio de 2012, horas antes de la jor­na­da elec­to­ral, #YoSoy132 hizo una mar­cha de Tla­te­lol­co (lugar míti­co de la lucha social por matan­za de jóve­nes en 1968) a Tele­vi­sa y de ahí al Zóca­lo Capi­ta­lino. No es la pri­me­ra mar­cha del silen­cio pero sí una de las más emotivas.

Alzar la voz ahora que no llueven balas. Contra el PRI

La cas­ca­da de even­tos es tan copio­sa que en oca­sio­nes nos per­de­mos entre lo que es noti­cia, lo que es urgen­te y lo que la gen­te está comen­tan­do. Ha que­da­do cla­ro que el PRI y Peña Nie­to no son como lo dice su retó­ri­ca o como la ima­gen que apa­re­ce en tele­vi­sión. Al prin­ci­pio de la cam­pa­ña elec­to­ral pen­sé que no pasa­ría nada gra­ve si uno u otro can­di­da­to lle­ga­ba. Asu­mí una trin­che­ra pro­pia: pro­mo­ver la par­ti­ci­pa­ción ciu­da­da­na, la crí­ti­ca infor­ma­da y la orga­ni­za­ción acti­va. Nadie, nin­guno, ima­gi­na­ba la apa­ri­ción de #YoSoy132. Con fres­cu­ra, luci­dez y agi­li­dad denun­cia­ban aque­llo que pare­cía inmi­nen­te e ina­mo­vi­ble. A par­tir de ahí el PRI se embar­có en una cade­na de erro­res tác­ti­cos y polí­ti­cos. Muchos fac­to­res, voces, fil­tra­cio­nes y noti­cias fue­ron ori­llan­do más al gran apa­ra­to sin cabe­za. Por más que cuen­tan con recur­sos no han podi­do con­tra­rres­tar lo que miles de per­so­nas con­cien­tes y con sed de un mejor pre­sen­te pue­den hacer con crea­ti­vi­dad, inte­li­gen­cia y valor. De ahí que hoy el PRI esté aco­rra­la­do. Hay que apro­ve­char que aquí en DF no hay bala­zos ni pre­sen­cia masi­va del PRI. Es nues­tro deber hacer uso de todos los medios para dar cuer­po a nues­tra voz, por aque­llos que no pue­den ejer­cer su dere­cho a expre­sar­se libremente.

El video que sigue no es en lo más recón­di­to de la sie­rra o aca­so Tamau­li­pas. Es Gua­da­la­ja­ra. Bas­te como ilus­tra­ción de lo que el caci­caz­go pira­midal del PRI sig­ni­fi­ca en la práctica.