Schiller y Beethoven siempre sí tenían razón

Mer­ce­na­rios ves­ti­dos como estu­dian­tes, can­tan­tes ves­ti­dos de civil. ‘¿Y si leye­ra­mos poe­sía en el metro?’ ¿Y si la poe­sía emer­gie­ra de los pasa­je­ros? ‘El ase­sino salió de entre la muche­dum­bre y con­su­ma­do el acto se per­dió en ella’. Yo tam­bién me talla­ría la cabe­za, per­ple­jo y con­mo­vi­do. ¡El car­ni­ce­ro está can­tan­do!  ¡El car­ni­ce­ro está can­tan­do! La ven­de­do­ra de fru­tas, el turis­ta, todos en ale­gría reve­ren­cial. La huma­ni­dad tie­ne reme­dio o aca­so lo humano en noso­tros lo tie­ne. ‘Una tur­ba emo­cio­na­da en Valen­cia bai­ló a Ver­di a media tar­de. No fal­tó quien olvi­dó com­prar sus uvas.’

Siguie­ron son­rien­do has­ta altas horas de la salchichonería’

Segu­ro que yo tam­bién lloraba.

Vía Ali­cia Ocam­po, Sarahí Leza­ma y Miguel Acos­ta

3 comentarios en “Schiller y Beethoven siempre sí tenían razón”

  1. y yo, sin estar ahi, llo­ré y vibré y con­fir­mé que si
    ¡me gus­ta la ópera!

    Fran­co Zefi­re­lli dijo una vez que la ópe­ra es el lugar don­de se reúnen las musas, se toman de las manos y cele­bran las bellas artes… o algo asi 😉

    el car­ni­ce­ro está can­tan­do” Gra­cias Javier por compartir!

  2. y yo, sin estar ahi, llo­ré y vibré y con­fir­mé que si
    ¡me gus­ta la ópera!

    Fran­co Zefi­re­lli dijo una vez que la ópe­ra es el lugar don­de se reúnen las musas, se toman de las manos y cele­bran las bellas artes… o algo asi 😉

    el car­ni­ce­ro está can­tan­do” Gra­cias Javier por compartir!

  3. Yo tam­bién llo­ré varias veces duran­te el video que­ri­da Marie. De hecho al comen­tar eso de “Segu­ro que yo tam­bién llo­ra­ba” esta­ba ima­gi­nan­do que mi res­pues­ta segu­ra­men­te hubie­ra sido impre­de­ci­ble: ¿Un ata­que de his­te­ria, de éxta­sis, un infar­to, risa incon­tro­la­ble? Uno nun­ca sabe. 🙂

    Hay momen­tos en el tea­tro y en la ópe­ra en los que uno como espec­ta­dor ‘com­pra’ la fan­ta­sía. Los per­so­na­jes cobran vida y dejan de ser meras repre­sen­ta­cio­nes eje­cu­ta­das por acto­res y can­tan­tes. Pero ese mila­gro casi siem­pre se da en espa­cios con­tro­la­dos; un audi­to­rio, un tea­tro. En el video esa con­ten­ción fue menos rígi­da (el mer­ca­do) y se borró com­ple­ta­men­te hacia el final (con el bai­le, las son­ri­sas, las lágri­mas). El espec­ta­dor vir­tual tam­po­co sale indem­ne… eso lo has ilus­tra­do per­fec­ta­men­te con la fra­se de Zefi­re­lli… La trans­for­ma­ción que sen­tí me resul­ta muy con­fu­sa, indes­ci­fra­ble. ¿Pose­sión muséi­ca?… Es que sien­to que en un momen­to la ópe­ra se des­va­ne­ce de tan­to que se inter­nó en todos los comul­gan­tes. Deli­ran­te en verdad.

    Te vuel­vo a agra­de­cer que me leas con esa sen­si­bi­li­dad que tan­to admiro.

    Fue­ra de tema: fui a un dic­cio­na­rio en línea bus­can­do ‘indem­ne’ por aque­llo de encon­trar­se con otros sen­ti­dos de esa pala­bra… jeje… Como publi­ci­dad en esa pági­na me salió un anun­cio del gobierno fede­ral invi­tán­do­me a vacu­nar­me con­tra la influenza. 😛

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