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Los 43, la piedra que fractura la burbuja
Foto: Omar Vera
Una buena amiga preguntó: “¿Sólo importan los estudiantes muertos? ¿Y los indígenas muertos, las mujeres muertas, los niños desaparecidos y muertos también?” Pensando en ello imaginé lo siguiente:
Imagino a la población luchando a la deriva en medio de un inmenso y furioso río. Ese río es la cotidiana e inabarcable miseria, el abandono, la enajenación, el día a día, el atropello y el asesinato. Es tan grande y tan permanente su presencia que no hay de dónde asirse para respirar un momento, para hacer algo distinto de lo que se hace todos los días. El secuestro y probable asesinato de los estudiantes es algo que sobresale de ese torrente, una piedra donde los que aún tienen fuerza pueden asirse y agarrar a otros. Mucha gente no tenía idea (y no quería tener idea) de los miles de vidas destruídas y familias rotas en este país. Los 43 es la piedra que ha fracturado la ilusoria y mezquina burbuja que muchos tenían como realidad. Darle rostro a cada víctima, darle voz a cada madre y padre que llora a sus hijos y hermanos arrebatados, imaginar el cuerpecito calcinado de alguien que sólo fue a la guardería… sólo así se va percibiendo el hedor de nuestros crematorios y fosas, sólo así el dolor ajeno se va percibiendo como propio y nos mueve a hacer algo distinto, con otros, por otros.