La estabilidad y la coherencia se conquistan y se pierden cotidianamente
Mi padre decía que la música calma a las bestias. Y no sólo es una burla útil para cuando alguien se enoja. Hay sonidos y timbres que apaciguan a los demonios imaginarios. Recuperar nitidez sensorial con una reverberación vocal o de piano en lugar de atravesar horas de abulia y pasmo. El milagro.
Procurarse lo necesario es un acto alquímico. Hacerse de la costumbre de coleccionar los hallazgos. Extraer de ellos cantidades, secuencias y procedimientos: sazonamiento con pólvora, café, notas, diálogos internos.
Luego crear el suceso. Invocarlo. Recetarse el ritual preciso para curar, concentrar o sangrar. Todo para saberse cuerpo, director y tiempo. Cambia la respiración. El director invade, es cada sentido, cada color que el ojo toca, el trance omnipresente.