Me sacudió un cambio súbito en la tectónica de la palma de la mano derecha. En el prurito incontrolable por el puntito (como piquete de insecto), ensayaba la necesidad de escribir, sin despertar del todo, sin querer rascarme, palpando solamente la protuberancia. Daba vueltas a los caminos del relato y las disculpas para posponerlo. Al prender la luz vi el cambio de agujas recién trazado, aún latiendo, como ojo desvío de surcos en lugar de vías, tirando la línea, uniéndola, bifurcando la vida, alargándola.