Cada uno tenemos una responsabilidad para conducirnos civil y pacíficamente. El color y grado depende de nuestro poder, educación y recursos de expresión. Los señores Krauze, Arreola, Alemán, Marín, insultan sin improperios: tiene más recursos (en el caso de Enrique) o tribunas intocables. La gente sin esa tribuna, poder o recursos para conducirse agreden de otra manera más colorida. No vale decir ‘el que se lleva se aguanta’ porque coartaría de forma práctica la libertad de expresión, pero si cabe decirles que dejen de azuzar y sean más responsables de su tribuna o poder.
Así es, su tribuna de opinión les concede tanto la libertad de expresarse como de responsabilizarse de sus dichos, en el lamentable caso de Yuriria se muestra como la juventud mexicana que no queremos. Entreguista, sometida y absolutamente moldeable al dinero y la popularidad. El respeto no sólo está en la química linguística de cada quien, su estricta esencia se encuentra en las ideas expresadas, las cuales han sido las principalmente cuestionadas a los personajes arriba mencionados, un abrazo!
Aquí entra el parafraseo que Enrique Zúñiga hizo de Slavoj Zizek: “no existe mayor intolerancia que aquella que se sustenta en la supuesta tolerancia, algo que pasa con regularidad en nuestra estructura social”. Obviamente de los mencionados en el consejo apresurado sólo Krauze guarda un buen estilo y costumbres. Me agradó mucho aquello de la química lingüística. En entronques y guerras narrativas el armamento es retórico (en las tradicionales). En las actuales entra el subtexto, la intención que se va moldeando en la sucesión de actos y no en la pureza verbal.
Bien. Esto me aporta más elementos sobre un proyecto que estoy armando y que ya te contaré. Un abrazo.