La primera reacción pública de Fernando Belaunzarán (diputado del PRD) luego de enterarse del secuestro de los jóvenes aspirantes a maestros fue de júbilo pues sintió que cambiaba la alineación electoral; emplazó a López Obrador a apoyarlos en coalición y señaló que de no hacerlo estaría jugando a favor del PRI. Una ilustración apenas de lo que significa mirar las cosas con ojos electorales solamente: se percibe la ‘oportunidad’ y la coyuntura antes que el dolor de las familias que sólo han vivido zozobra desde el secuestro de sus hijos.
Desde aquél día han habido cientos de manifestaciones en todo el mundo por el secuestro y probable asesinato de esos jóvenes; porque sus rostros y ausencia le dan rostro a todos aquellos que han sido sepultados a destajo en medio de la noche, en lo alto de la sierra o el desierto.
¿Dónde vamos a poner el énfasis? ¿Hacia dónde apunta nuestra rabia? ¿De verdad nuestro papel como sociedad se reduce a reaccionar al son y tema de quienes lucran con la muerte?