Asombros
Admiraciones y secuelas por el arte ajeno.
Jacqueline du Pré
Llegué al café incapaz de reconocer personas en una primera instancia. Esperar a que se desocupara una mesa de afuera para poder fumar. Ya sentado y con ganas de hojear el periódico sintonicé mejor la radio. Dvorak. El primer movimiento del concierto para cello y orquesta, con diferentes intérpretes. Obsesión por la obstinación. Primero Casals. Ahora du Pré. El morbo lleva a preguntarnos si en el momento de la grabación ya se sabía la sentencia que flotaba sobre el cuerpo de Jacqueline.
Mucho más íntima su interpretación.
Pero siempre es complicado escuchar música sólo por los oídos. El cerebro tiene que emular el estremecimiento visceral…
La respiración del arco de Jaqueline es más dramática pero no atrabancada. Las partes solemnes y oscuras con sosiego: comprende y domina el drama de Antonín.
Sólo por la música valdría la pena no ser perro. Tenemos la moda para inventarnos un pelaje. Pero por la costumbre de diseñar en piezas no se alcanza la unidad animal.
Jacqueline finalmente recurre al arrebato. Tan económica en el recurso que el efecto es estremecedor cuando aparece.
Schiller y Beethoven siempre sí tenían razón
Mercenarios vestidos como estudiantes, cantantes vestidos de civil. ‘¿Y si leyeramos poesía en el metro?’ ¿Y si la poesía emergiera de los pasajeros? ‘El asesino salió de entre la muchedumbre y consumado el acto se perdió en ella’. Yo también me tallaría la cabeza, perplejo y conmovido. ¡El carnicero está cantando! ¡El carnicero está cantando! La vendedora de frutas, el turista, todos en alegría reverencial. La humanidad tiene remedio o acaso lo humano en nosotros lo tiene. ‘Una turba emocionada en Valencia bailó a Verdi a media tarde. No faltó quien olvidó comprar sus uvas.’
‘Siguieron sonriendo hasta altas horas de la salchichonería’
Seguro que yo también lloraba.
Radiografía del trastorno
Un grupo de pingüinos sale de la colonia en la que anidan. Van rumbo al mar. Uno de ellos se detiene. No sigue el camino de los demás ni regresa a la colonia. Inmóvil gira la cabeza hacia los que siguen su marcha y hacia otro que decidió volverse. Después emprende hacia las montañas, donde no hay nada sino vastedad. “El doctor Aingly explica que aún cuando tomara al pingüino y lo devolviera a su colonia, regresaría a las montañas” dice Werner Herzog como narrador del video y termina preguntándose por qué.
Derangement. Trastorno. Palabras exactas para describir el giro súbito del protagonista de esta historia. Decide ese camino con el mismo tesón instintivo que emplearía para buscar alimento en caso de sentir hambre. No hay razones pues es muy posible que el pingüino no las ocupe para definir su comportamiento. Cómo se puede decidir una pulsión de ese tamaño. El pingüino se ha exiliado o ha decidido morir. Pareciera que hay más argumentos en favor de lo segundo pues seguirá caminando hasta que lo mate el cansancio, el hambre y el frío. …