Un grupo de pingüinos sale de la colonia en la que anidan. Van rumbo al mar. Uno de ellos se detiene. No sigue el camino de los demás ni regresa a la colonia. Inmóvil gira la cabeza hacia los que siguen su marcha y hacia otro que decidió volverse. Después emprende hacia las montañas, donde no hay nada sino vastedad. “El doctor Aingly explica que aún cuando tomara al pingüino y lo devolviera a su colonia, regresaría a las montañas” dice Werner Herzog como narrador del video y termina preguntándose por qué.
Derangement. Trastorno. Palabras exactas para describir el giro súbito del protagonista de esta historia. Decide ese camino con el mismo tesón instintivo que emplearía para buscar alimento en caso de sentir hambre. No hay razones pues es muy posible que el pingüino no las ocupe para definir su comportamiento. Cómo se puede decidir una pulsión de ese tamaño. El pingüino se ha exiliado o ha decidido morir. Pareciera que hay más argumentos en favor de lo segundo pues seguirá caminando hasta que lo mate el cansancio, el hambre y el frío.
Imposible no conmoverse ni caer en la tentación de hacer paralelismos fáciles con algún caso humano, de aquél que con cada acción se va alejando de su grupo o la supervivencia. Turning point es en inglés el punto decisivo, el momento donde una historia se precipita en cambios sin freno o remedio. La palabra trastorno comprende también un frenesí trágico demoledor. Pareciera que las montañas no marginan idiomas ni especies.
Agradezco a Ana Martín Velázquez por compartir este video.
No me atreví a ver el video porque soy muy sensible con los animales… pero sí, toda tu vida, y creo que mi vida, han sido U turns, que finalmente nos hacen estar aparte de las mayorías, pero seguros entre las minorías que también se encuentran “trastornados”… gracias por compartir el video.
Me acordé en algún momento de tu pingüino londinense…
Ojalá que lo puedas ver. Me identifiqué demasiado aunque todavía no puedo escribir sobre esa identificación. Como le decía a la persona que me compartío el video, siento que me otorgó una pieza que me faltaba respecto a algunas reflexiones y obsesiones que he masticado toda mi vida. Mejor verlo y abrir un nuevo turning point a perdérselo 😉
Eso que comentas lo seguiré tratando en radiografías posteriores. La errancia y destierro propio de los locos está muy ligado a lo que apenas menciono en este textito.
Buscando las etimologías de ‘trastorno’ quedé fascinado por la palabra. Muy lejos de la noción de enfermedad tan de Occidente. Seguiré rastreando el tema porque da para mucho.
Gracias a ti por leerme. 😀
Wow… muy conmovedor, se ve super tierno.
Me impresiona bastante cómo es que toma esa desición de alejarse e ir hacia las montañas… ojalá pudieramos saber qué pasaba por su mentesita pingüinesca jeje
Hace muchos años en una clase de neuropsicología explicaron el fenómeno que se da cuando mueren células en el cerebro, cómo las neuronas de los alrededores emprenden una competencia por establecerse en los espacios donde hubo muerte. A eso le llaman plasticidad cerebral. Yo vi la ilustración más básica y puntual del poder.
Algo similar me ocurrió con este video sólo que todavía no puedo aterrizar del todo las implicaciones de la dubitación del pingüino. Sólo me queda la conmoción, el estremecimiento, y la sospecha de que este fenómeno entraña una pieza importantísima en la comprensión de nuestra propia naturaleza.
Pues es algo así como la supervivencia del más apto, alomejor era un pingüino mayor y se dió cuenta de que sería una carga en ese trayecto. Decide regresar y morir… no sé si tranquilamente.
… inconmobible… dejar de ser… para comenzar hacer.. si muchos humanso nos pasa lo mismo…
Nos pasa. Existe dentro de nosotros esa pulsión-curiosidad-necesidad por la desaparición. Sólo si nos llega a dominar como al pingüino sabremos qué tan fuerte era.