Las palabras imantan todas sus propiedades cuando estamos dispuestos emocionalmente: conmovidos, indignados, con rabia o asco. Exponerse a las retóricas oficiales (verdades históricas) nos ciñe al universo cerrado que han diseñado los psicópatas que nos gobiernan: nos reduce a repetir el infundio inhumano en negativo, en reversa, con el corazón atragantado. Fui reconstruyendo el regodeo sádico oficial a partir de las reacciones de las personas en las que confío para informarme. La asfixia y la impotencia son algo menores al no exponerse de frente a la toxicidad del necio profesional.
Y dale la burra al trigo, diría mi abuela. Dicen que se cansan pero no desisten. Insisten con poca gana y mucha vileza. Quieren terminar de cansar a los hartos, a los que no desisten.