Arriba del marco las letras doradas dicen ‘Lázaro Cárdenas’. Debajo se aprecia una puerta con el escudo nacional desportillado. La puerta está cerrada. Al pie de ella, dos personas y sus pertenencias descansan sobre un cartón. Una cobija verde, una bolsa azul de plástico y una botella de refresco. Sacrilegio cívico. Uno duerme y el otro se abraza las piernas. El altar de la Patria y espacio público emblemático resguarda con rejas las lámparas que lo iluminan, y de paso calientan un poco a quienes tienen apenas lo que llevan puesto, un cartón, una cobija verde y una bolsa azul de plástico. Altar de la Patria, Monumento a la Revolución y Plaza de la República, apropiada por indigentes y convertida en pocilga. A nadie le importa, a nadie le importan.