Grupo Reforma y la violación de muertos ajenos

Abre la por­ta­da un con­teo de cuer­pos con­ta­gia­dos y falle­ci­dos por COVID: seres redu­ci­dos a meras can­ti­da­des. Una mujer equi­li­bra (mer­ca­do­ló­gi­ca­men­te) la por­ta­da car­ga­da de men­sa­jes que rema­tan a los muer­tos, con­tras­ta que el úni­co cuer­po con vida sólo deco­ra y ven­de. Como nota al cal­ce, la pro­me­sa de fotos (en la pági­na 5) del ciclis­ta atro­pe­lla­do por un camión ofi­cial sin guar­das de pro­tec­ción. Sie­te cuer­pos de quie­nes fue­ron estu­dian­tes yacen rotos y enca­pu­cha­dos (por razo­nes de pro­tes­ta o pan­de­mia). Sin embar­go, lo más tétri­co de la por­ta­da es su cabe­za prin­ci­pal: el sadis­mo psi­có­pa­ta diso­cia­do. No es humor negro sino un mero­li­co que ven­de la vio­la­ción de muer­tos aje­nos en una publi­ca­ción de Gru­po Refor­ma de México.

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