Ochentas que se ensanchan

Supe que los ochen­tas no habían sido sola­men­te los ochen­tas casi cuan­do hubie­ron ter­mi­na­do. Un com­pa­ñe­ro en la pri­ma­ria me pres­tó un cas­set­te de The Cure. Fue una sacu­di­da (y tam­bién para mis padres por­que se tenían que rece­tar el cas­set­te en el coche y en la casa). Lue­go de la heca­tom­be hubo que vol­ver los pasos y des­cu­brir­se a la par de los nue­vos hallaz­gos. Los ochen­tas (aun­que toda­vía no los lla­ma­ba­mos así) se ensan­cha­ron hacia aba­jo, hacia adentro.

Fue has­ta des­pués del inter­net que supe de Romeo Void. Algún adep­to al saxo­fón o a Debo­ra com­par­tió un disco.

Total que sigue pasan­do el tiem­po y los ochen­tas no dejan de ensancharse.

Aguja que cae (tirando)

Me gus­ta el tér­mino need­le­drop. En la prác­ti­ca se emplea para desig­nar el pro­ce­so de gra­ba­ción de un dis­co LP y su tra­duc­ción digi­tal. Los entu­sias­tas com­par­ten sus tira­das y las publi­can en You­Tu­be o en foros espe­cia­li­za­dos. Todo por el gus­to de con­vi­dar un hallaz­go, una com­bi­na­ción de soni­dos o por el áni­mo de con­ta­giar la cos­tum­bre de la inmer­sión musi­cal pro­fun­da. La pala­bra need­le­drop me sugie­re una gui­llo­ti­na que cae len­to, que via­ja per­ma­nen­te­men­te, en espi­ral, por un sur­co que aca­ba por ahor­car y no deca­pi­tar. Pien­so tam­bién en el arpo­na­zo del adic­to: otro sur­co, otro via­je. Me sedu­ce tra­du­cir need­le­drop como tira­da, por­que es tam­bién una apues­ta Stephá­ni­ca, estra­fa­la­ria. El pro­ce­so nos impri­me sur­cos como agu­ja, nos escul­pe, mol­dea, defor­ma y tira, hacia el cen­tro, en espiral.

No estoy de humor para tus pendejadas”

Foto: M. Martin Vicente
Foto: M. Mar­tin Vicente

Cuan­do voy en bici­cle­ta ocu­po el carril de la dere­cha. Lo ocu­po com­ple­to no sola­men­te por­que la ley lo per­mi­te sino por­que es mucho más segu­ro. Ir pega­do a los autos esta­cio­na­dos (carril-coche­ra en todas las via­li­da­des) es un peli­gro pro­ba­do: el gol­pe de una puer­ta de auto abrién­do­se des­preo­cu­pa­da­men­te te pue­de aven­tar al flu­jo de autos. Ha pasa­do mucho y recien­te­men­te. Otra razón para ocu­par carril com­ple­to es evi­tar que los autos te reba­sen cuan­do no hay espa­cio ade­cua­do. La expe­rien­cia inter­na­cio­nal reco­mien­da dejar 1.50 m. de dis­tan­cia al reba­sar a un ciclis­ta. Muchos auto­mo­vi­lis­tas des­co­no­cen dicha reco­men­da­ción y no repa­ran en las razo­nes para ella. Cuan­do un auto reba­sa con poco espa­cio a un ciclis­ta no sola­men­te con­lle­va el ries­go de gol­pear su manu­brio. La cer­ca­nía intem­pes­ti­va con un auto pue­de lle­var a un ciclis­ta a des­con­cen­trar­se y caer. Tam­bién al reba­sar sin abrir­se lo sufi­cien­te no se da el men­sa­je de la pre­sen­cia de una bici­cle­ta al auto que vie­ne detrás de quien está reba­san­do: se encon­tra­rá de sor­pre­sa con un ciclis­ta, sin espa­cio para maniobrar. …

Atreyu’s dragon

Quetzil. Alebreije by David Ventura Fernández
Quetzil. Ale­brei­je by David Ven­tu­ra Fernández

I found Atre­yu’s dra­gon beneath the Tree of the Sad Night (now Vic­to­rious night). He said his name was Quetzil. When I asked him about his feathers he slithe­red, trying to leave.