Polarización I

Se ha vuel­to muy difí­cil dia­lo­gar con el cono­ci­do que pien­sa dis­tin­to a uno. Me pasa que sien­to que no estoy deba­tien­do sus argu­men­tos. Los pen­sa­mien­tos, con­clu­sio­nes y pun­tos de par­ti­da de quien está enfren­te no pare­cen pro­pios, suyos. Pare­cen toma­dos de una iner­cia dis­cur­si­va que sien­te como pro­pia por la per­cep­ción que tie­ne de su cla­se o gru­po de per­te­nen­cia. Enton­ces es muy fácil reedi­tar una pan­to­mi­ma de esgri­ma bur­da y abu­rri­da en la que se toman pres­ta­das líneas narra­ti­vas de gru­po o de filia­ción que lo mis­mo mien­ten o dicen por decir sin rigor alguno.

Grupo Reforma y la violación de muertos ajenos

Abre la por­ta­da un con­teo de cuer­pos con­ta­gia­dos y falle­ci­dos por COVID: seres redu­ci­dos a meras can­ti­da­des. Una mujer equi­li­bra (mer­ca­do­ló­gi­ca­men­te) la por­ta­da car­ga­da de men­sa­jes que rema­tan a los muer­tos, con­tras­ta que el úni­co cuer­po con vida sólo deco­ra y ven­de. Como nota al cal­ce, la pro­me­sa de fotos (en la pági­na 5) del ciclis­ta atro­pe­lla­do por un camión ofi­cial sin guar­das de pro­tec­ción. Sie­te cuer­pos de quie­nes fue­ron estu­dian­tes yacen rotos y enca­pu­cha­dos (por razo­nes de pro­tes­ta o pan­de­mia). Sin embar­go, lo más tétri­co de la por­ta­da es su cabe­za prin­ci­pal: el sadis­mo psi­có­pa­ta diso­cia­do. No es humor negro sino un mero­li­co que ven­de la vio­la­ción de muer­tos aje­nos en una publi­ca­ción de Gru­po Refor­ma de México.

Se la pelaron (al Osito Bergas)

Car­tón de Mone­ro Hernández

Sue­le haber cier­ta com­pren­sión o empa­tía por aquél que vio­la una ley injus­ta o arbi­tra­ria. Dado que la exis­ten­cia de cual­quier nor­ma impli­ca que se han con­ce­di­do dere­chos par­ti­cu­la­res en aras de un bien común, cuan­do esa nego­cia­ción de dere­chos no es equi­ta­ti­va, o sus bene­fi­cios colec­ti­vos no son cla­ros, un acto de rebel­día pue­de des­en­mas­ca­rar­la. Al mis­mo tiem­po, si el acto de rebel­día resul­ta injus­ti­fi­ca­do, el rebel­de pue­de que­dar como un indi­vi­dua­lis­ta o un mez­quino. De esos, hay quie­nes se han acos­tum­bra­do tan­to a hacer su volun­tad que han per­di­do de vis­ta el acto de rebe­lión ori­gi­nal que los lle­vó a dejar de obser­var una nor­ma. En ellos, ya no hay refle­xión o reba­te, sólo la iner­cia de hacer su volun­tad, siem­pre y ante quien sea. Se con­vier­ten en algo más que volun­ta­rio­sos empe­der­ni­dos, en un Don Ver­gas hecho y dere­cho. Por­que si para el rey, su pala­bra es (la) ley, para Don Ver­gas pala­bra que todos se la pelan. Don Ver­gas pela dien­te cuan­do aña­de: ‘y con los dientes’.

Cuan­do el osi­to Bim­bo se apa­re­ció en las ser­vi­lle­tas Péta­lo (de Kim­berly-Clark), muchos (fie­les o no del pan) reco­no­cie­ron el mila­gro con expre­sio­nes y memes alre­de­dor de la idea de que el gobierno se la había pela­do (a Bim­bo, Ser­vit­je o equis). ¿Se impu­so el osi­to con un oso pírri­co al esti­lo José Alfre­do? ¿Es de ver­dad el gobierno quien se la pela a Don Bim­bo? El cari­ño de siem­pre es la comor­bi­li­dad de 84 millo­nes de mexi­ca­nos con sobrepeso.

Café Victoria

En la colo­nia Moder­na tene­mos buen café. Hay al menos tres pro­vee­do­res, cafe­te­rías y tos­ta­do­ras con una varie­dad intere­san­te de grano. Pen­san­do en la situa­ción actual de la cua­ren­te­na por el coro­na­vi­rus, y sobre todo en lo que se vie­ne, qui­se explo­rar más alter­na­ti­vas. Me intere­sa no sólo un café de cali­dad o de espe­cia­li­dad con comer­cio jus­to con los pro­duc­to­res, sino que sea equi­ta­ti­vo tam­bién con sus tra­ba­ja­do­res. Fue así que di con el Café Vic­to­ria. Me lla­mó la aten­ción la varie­dad de café de Chia­pas con el bene­fi­cio (así le lla­man al pro­ce­so con el cual des­nu­dan el fru­to del café y lo dejan lis­to para tos­tar­se) red honey. Con esta téc­ni­ca, lue­go de que se le qui­ta la pul­pa al fru­to del café, se le deja la capa melo­sa de mucí­la­go que envuel­ve el grano, y así es como se pone a secar. Bus­can­do cómo con­tac­tar en línea al Café Vic­to­ria, encon­tré la his­to­ria de esta coope­ra­ti­va, mis­ma que me con­ven­ció para con­tac­tar­les por su pági­na de face­book. Aun­que ellos están en el cen­tro de Tlal­pan, no tuvie­ron pro­ble­ma con hacer la entre­ga has­ta mi casa. Pun­tos extras tuvo el hecho de que el repar­ti­dor lle­ga­ra en bicicleta.

El café fue fan­tás­ti­co y por ello estoy redac­tan­do este bre­ve rela­to. Ya lo pro­bé ame­ri­cano con cafe­te­ra de fil­tro de metal, y exprés con gre­ca ita­lia­na. El cuer­po es den­so y agra­da­ble, el sabor áci­do dul­zón muy ale­gre y vigo­ri­zan­te. Reco­mien­do mucho esta varie­dad y a la coope­ra­ti­va. Voy a ter­mi­nar pidien­do todas sus variedades.

Para contactarlos

Face­book: facebook.com/Cafevictoriacooperativa/
Goo­gle Maps: goo.gl/maps/U1LHGsDbnodWLfsG7

¿Quieres ser el principio del final de alguien?

Me dan mis cálcu­los por­que aca­bo de regre­sar de esquiar de Den­ver”. Le pre­gun­tan a Ele­na por sus sín­to­mas y al enu­me­rar­los inclu­ye el abu­rri­mien­to. El video des­cri­be no sólo un per­fil per­so­nal, sino has­ta de cla­se. Apar­te, se evi­den­cia que hay labo­ra­to­rios lucran­do con las prue­bas (6 a 9 mil pesos por prue­ba). Al menos pare­ce que sí se les noti­fi­có a las auto­ri­da­des para el segui­mien­to. Con­tra­rio a lo que dice la ami­ga que gra­ba el video, no es que a Ele­na le haya toca­do al prin­ci­pio: ella fue par­te del prin­ci­pio. La insen­sa­tez lle­va­da a la imbe­ci­li­dad. Se ha dicho muchas veces que bue­na par­te de noso­tros aca­ba­re­mos con­ta­gia­dos, pero lo impor­tan­te es la velo­ci­dad del con­ta­gio. Eso sig­ni­fi­ca­rá que los que pre­sen­ten los sín­to­mas más gra­ves pue­dan acce­der a la aten­ción médi­ca necesaria.

Merolicovid-19

Ayer un fami­liar citó a Jai­me Maus­sán como fuen­te de infor­ma­ción sobre el com­por­ta­mien­to y razo­nes de la pan­de­mia. Más tar­de, una ami­ga publi­có un video sobre el plan ocul­to de los Esta­dos Uni­dos en ese res­pec­to. Hay muchas cosas que nos pare­cen sos­pe­cho­sas, que no cua­dran y que no enten­de­mos. Pero tam­bién suce­de que sabe­mos muy poco sobre muy pocos luga­res y de muy pocas dis­ci­pli­nas. Cuan­do una expli­ca­ción o teo­ría abar­ca todo, lo com­pren­de todo y es tan lineal e impermea­ble me deja de pare­cer seria. Pare­ce que es par­te de nues­tra escen­cia que­rer enten­der en medio del caos y del mie­do. Al mis­mo tiem­po, que­re­mos tran­qui­li­zar­nos y que alguien nos acla­re lo que está ocu­rrien­do. Lamen­ta­ble­men­te la reali­dad siem­pre se mues­tra mucho más com­ple­ja, cam­bian­te e inabar­ca­ble. Lo comen­ta­ba hace rato con un ami­go y hace un momen­to con mi pare­ja: las con­je­tu­ras y elu­cu­bra­cio­nes inaca­ba­das son úti­les, pero siem­pre y cuan­do se ten­ga cui­da­do la mane­ra en la que se expre­san: con rigor, leal­tad y honestidad.

Una imagen con encabezado vale más que diez mil palabras

Dicen que una ima­gen vale más que mil pala­bras. Lo que no anti­ci­pó el publi­cis­ta que acu­ñó la fra­se es que una ima­gen acom­pa­ña­da de un pie que te diga qué estás vien­do, casi nun­ca será cues­tio­na­do. No con­si­de­ro que toda la cul­pa sea de nues­tro anal­fa­be­tis­mo infor­ma­cio­nal. Creo que inter­vie­ne un ras­go del kit de super­vi­ven­cia colec­ti­va huma­na: reac­cio­na­mos e imi­ta­mos las accio­nes que vemos. ¿Han vis­to los supues­tos ‘expe­ri­men­tos socia­les’ don­de se esce­ni­fi­ca el secues­tro de una actriz o se come­te algu­na injus­ti­cia con­tra algún actor? La soli­da­ri­dad o indi­fe­ren­cia de quie­nes son tes­ti­gos del expe­ri­men­to va a depen­der de las pri­me­ras reac­cio­nes que ellos per­ci­ban. Ese com­por­ta­mien­to colec­ti­vo lo trae­mos muy arrai­ga­do y pare­ce que nun­ca deja­mos de actuar como entes tri­ba­les. Ante una emer­gen­cia, el gru­po tie­ne que deci­dir ins­tan­tá­nea­men­te: ‘¿nos la juga­mos o corre­mos?’ Pare­ce que ese mis­mo meca­nis­mo se acti­va cuan­do nos pre­sen­tan un video o una ima­gen jun­to con una expli­ca­ción (cer­te­ra, ama­ña­da o fal­sa) de lo que esta­mos vien­do. Empa­ta­mos lo que dice la expli­ca­ción con la ima­gen, por la urgen­cia ances­tral comen­ta­da. Lo gra­ve es que hay mucha gen­te que tie­ne cla­ro este pro­ce­so y se está apro­ve­chan­do de ello.

Amenaza coronaviral enflaquece a reporteros

Foto: Dr. Peter Redecker

Vi la con­fe­ren­cia de pren­sa dia­ria en la que se comen­ta el asun­to del Coro­na­vi­rus. Resul­ta las­ti­mo­so ver el per­fil de los repor­te­ros que cubren la fuen­te: sin ofi­cio perio­dís­ti­co o capa­ci­dad de reten­ción, se les difi­cul­ta arti­cu­lar pre­gun­tas con­cre­tas, no cuen­tan con cono­ci­mien­tos pre­vios sobre el tema, etc. Creo que es el caso de los repor­te­ros en gene­ral. Como el nego­cio en los medios de comu­ni­ca­ción no esta­ba en la cober­tu­ra de noti­cias, no había nece­si­dad de tener bue­nos per­fi­les inda­gan­do o hacien­do pre­gun­tas. Qui­zás no se per­ci­ba la gra­ve­dad de estas caren­cias pues muchos no se han dado cuen­ta que ya casi no hay hechos y rela­tos pun­tua­les en lo que segui­mos lla­man­do infor­ma­ción. El día a día de mucha gen­te no deja tiem­po o ham­bre de com­pren­der las reali­da­des más pró­xi­mas y las más aje­nas, que para ello sir­ve infor­mar­se. Hoy se pre­ci­sa más un espe­jeo que vali­de los pro­pios pre­jui­cios, pos­tu­ras o iner­cias. A eso se debe que los pocos repor­te­ros que pue­den redac­tar una nota perio­dís­ti­ca con algu­na sol­ven­cia aca­ben sien­do piso­tea­dos por sus ofi­ci­nas de redac­ción cuan­do les titu­lan la nota de una for­ma ama­ri­llis­ta. Así se ase­gu­ra que ‘el con­te­ni­do’ ten­drá mayor engan­che, likes, men­ta­das y mayo­res pro­ba­bi­li­da­des de vol­ver­se viral, como la cober­tu­ra del coro­na­vi­rus, que aca­ba­rá sien­do más viral que el virus mismo.

Selfi

Sel­fi: Pan­to­mi­ma ritual a modo de ensa­yo obli­ga­to­rio y per­pe­tuo: simu­la­cro de iden­ti­fi­ca­ción; regis­tro y acu­se de exis­ten­cia; soli­ci­tud mus­tia y sumi­sa ante la red de redes, rey de reyes, de dis­pen­sa, reco­no­ci­mien­to y clemencia.

Carpanta veracruzana

Decir migran­te des­po­ja a cual­quie­ra de su con­di­ción de per­so­na. Bajo ese mote, se des­va­ne­ce el nom­bre, lugar de ori­gen y razón de des­arrai­go. Sin sus atri­bu­tos per­so­na­les, el indi­vi­duo deja de ser­lo y se con­vier­te en una insi­nua­ción borro­sa, tan­gi­ble ape­nas como una sus­tan­cia esta­dís­ti­ca; un cuer­po capaz de ser seña­la­do, esti­ba­do, can­jea­do y mutilado. …

Breve comentario sobre Bohemian Rhapsody

Bohe­mian Rhap­sody es un retra­to musi­cal. No más, no menos. Rami Malek con­vo­ca a Fred­die Mer­cury a tra­vés de una pan­to­mi­ma per­fec­ta­men­te cui­da­da: sus ges­tos, aspa­vien­tos y la voz pres­ta­da hacen tan­gi­ble una invo­ca­ción ines­pe­ra­da y suma­men­te creí­ble. La elec­ción del elen­co y su carac­te­ri­za­ción crean una cal­ca fan­tas­ma­gó­ri­ca que le apor­tan un sello inti­mis­ta al retra­to musi­cal. Ima­gino que la pelí­cu­la podrá encon­trar des­dén de la crí­ti­ca espe­cia­li­za­da por su acce­si­bi­li­dad, así como por su capa­ci­dad para gra­ti­fi­car y con­mo­ver a todos los públi­cos. Ejem­plo de esto últi­mo es la edi­ción: en Bohe­mian Rhap­sody ésta se decan­ta hacia el entre­te­ni­mien­to: entre­cor­ta momen­tos cli­má­ti­cos, deli­cio­sa­men­te som­bríos, para dejar res­pi­rar al espec­ta­dor y que pue­da son­reír de cuan­do en cuan­do en lugar de dejar que su caja torá­ci­ca acom­pa­se la emo­ción con un llan­to permanente. …